Según Wikipedia, un ciborg es un humano con un implante electrónico que lo hace disponer de ciertas características o habilidades, que el hombre no trae de serie. Gracias a vuestro smartphone, disponéis de muchas habilidades muy útiles para el día a día y la pregunta es, ¿Que nos falta para ser un ciborg?
Sinceramente, yo creo que lo único que falta es que tengamos el smartphone insertado en el cuerpo de serie y conectado a nuestro cerebro, por lo demás nada.
Piénsalo, te levantas y lo primero es coger el móvil, no puedes salir a la calle sin él, te es imprescindible para realizar ciertas tareas, es tu herramienta para comunicarte con muchas personas, para trabajar, etc. No hay diferencia de tenerlo insertado en el cuerpo a no tenerlo. Bueno si, que lo puedes cambiar cada vez que quieras.
Me acuerdo cuando veía de pequeño las películas de ciencia ficción y miraba como la gente se comunicaba estando a muchos kilómetros y encima se podían ver unos a otros a través de la pantalla. Ahora tenemos la videollamada y aunque no seamos conscientes de ello, son tecnologías que están aquí y que hace años las veíamos impensables.
No pensábamos en que llevaríamos un dispositivo en el bolsillo, que nos haría saber el tiempo que hará de aquí a una semana, que nos diría donde estamos en caso de perdernos, que controlaría la seguridad de nuestra casa y una infinidad de cosas, según el uso que le de cada uno.
Un smartphone ya no es un teléfono, es una extensión de nuestro propio cuerpo, es como otro brazo u otra pierna. A lo mejor exagero un poco pero, por poner un ejemplo, hazte las siguientes preguntas y tu mismo hallarás la respuesta.
- ¿Podrías estar un día sin tu móvil, una semana, vivir sin él?
- ¿Serías tan eficiente en el trabajo si no lo tuvieras?
- ¿Serías capaz de no perderte? Si coges un gps estamos en las mismas.
- Sin él, ¿Como te comunicarías con otras personas?
- ¿Tú eres de “mi móvil no tiene batería” o dices “no tengo batería”?
Puedo poner muchas más preguntas, pero creo que la idea está bastante clara y si, creo que ya somos unos ciborgs, aunque no tengamos el móvil implantado. Y por cierto, no creo que falte mucho para ello.

